El oso hormiguero, cuyo nombre científico es Myrmecophaga tridactyla, es un mamífero que habita en América Central y América del Sur, especialmente en países como México, Colombia, Venezuela, Brasil, Bolivia, Paraguay y el norte de Argentina. Vive principalmente en selvas, sabanas y zonas abiertas con vegetación. Este animal se caracteriza por tener un cuerpo alargado, cubierto de un pelaje largo y áspero, normalmente de color gris con una franja negra en forma de “V” en el pecho.
Una de sus características más llamativas es su hocico largo y delgado, sin dientes, pero con una lengua muy larga y pegajosa que puede medir hasta 60 centímetros. Gracias a esta lengua, el oso hormiguero puede alimentarse de hormigas y termitas, que son su principal fuente de alimento. Puede llegar a comer hasta 30.000 insectos por día. Para obtenerlos, usa sus poderosas garras delanteras para romper los nidos y luego introduce su lengua rápidamente.
El oso hormiguero es un animal solitario y tranquilo. Dependiendo del clima y la actividad humana en la zona, puede ser diurno o nocturno. No cava madrigueras, sino que duerme en lugares ocultos entre la vegetación. En cuanto a la reproducción, la hembra tiene una sola cría por año, la cual es transportada sobre su espalda durante varios meses mientras se desarrolla.
Lamentablemente, el oso hormiguero se encuentra en peligro debido a la pérdida de su hábitat natural, los incendios forestales, la caza ilegal y los accidentes en las carreteras. Por esta razón, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lo ha clasificado como una especie vulnerable. Es importante proteger a este animal para conservar el equilibrio de los ecosistemas donde vive.